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martes, 6 de febrero de 2018

68- Artículos personales relacionados con Villanueva de Odra (Confusión de lenguas)

Blog "Ataxia y atáxicos".
Por Miguel-A. Cibrián), paciente de Ataxia de Friedreich.

Para acceder al índice de artículos del serial historiador sobre Villanueva de Odra, pinchar en: http://ataxia-y-ataxicos.blogspot.com.es/2017/12/indice-del-serial-historiador-sobre.html

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Nota previa: "Villanueva de Odra es la población rural donde nací, en el año 1954... y, salvo los cursos que estuve en internados durante mi época de estudiante, he vivido hasta mis 61 años. Actualmente, resido en la ciudad de Burgos".

Villanueva de Odra... Foto de autor descocido, tomada desde el camino de Ribota

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Nota 2: No recuerdo la época en la que escribí este texto:

Mi cuñado cuenta una anécdota con mucha gracia, pero, para entenderla, hay que conocer la situación y contexto del lugar donde se ubica el suceso de los hechos:

Al noroeste del terreno rural de mi pueblo hay un paramera de tierras poco productivas. La textura de capa superior del terreno es arenosa y, siendo tierras de secano, no guarda la humedad suficiente para llevar a buen logro la cosecha de cereales. Son muy propensas a la sequía y, salvo algo inusual: que la primavera sea muy lluviosa, darán poco fruto.

Estas tierras son denominadas “centeneras”, porque hasta hace algunos años, en ellas se alteraba el barbecho con el cultivo de centeno. Si bien, este cereal últimamente se utilizaba para la alimentación animal, en los años de mayor escasez, en épocas pasadas, se usó para la elaboración del pan. El pan de centeno era de baja calidad, y de un color algo moreno. No obstante, era raro: La práctica más habitual era el “pan mediado”: O sea, juntar trigo y centeno para elaborar el harina que, posteriormente, diera lugar al pan.

Tampoco estoy hablando de anomalías, o rarezas, orográficas. A poco que observáramos, veríamos que en el término municipal existen muchas otras zonas con este tipo de fincas. Y concretando más la observación, diríamos que su presencia se corresponde con ciertas altitudes... en una segunda altura superior a los valles... Pues sí, hay más zonas similares, pero no tan extensas como la paramera citada.

Ésta, de la que hablamos, está a unos cuatro kilómetros del pueblo... y cruzada por la carretera. A la derecha hay una ermita... Según documentos de siglo XIV, parece que allí hubo un antiguo poblado... donde se dirimieron litigios territoriales de las poblaciones cercanas: “amojonamientos”... El nombre era Grajalejo, o Grajaleio... Yo discrepo de la interpretación “poblado”, pues no hay vestigios de que así fuera. Pienso que lo único que hubo allí fue un pequeño monasterio entre los manantiales de las dos vertientes de la colina. Lo único que queda de esa época es la portada románica de la ermita... pues incluso ésta es de épocas muy posteriores. Indicando que se aprovechó el arco, in situ... o se le cambió de lugar.

Luego, a la izquierda de la carretera, hacia el oeste, hay un camino, totalmente recto, dividiendo la paramera... Son terrenos llanos, sin lindes, arroyos, árboles, o arbustos. Las fincas están delimitadas por mojones, y separadas por un simple surco.

Por otra parte, el coto de caza, otrora prolijo en liebres y perdices (ahora casi no hay nada... por razones ecológicas que no comentaré), actualmente está arrendado a un empresario, que, por jornadas, lo subarrienda a cazadores franceses.

Y cuenta mi cuñado que un día de invierno estando arando allí una finca, se echó una intensa niebla. Para él eso era un fenómeno normal, y siguió con su tarea. Pasadas unas horas, le aborda un cazador. Para el motor, y se dispone a escucharlo... No hay forma de entenderse... no sólo por cuestiones de idioma, sino también porque el francés habla deprisa... como si estuviera muy nervioso... como si le ocurriera algo grave.

En cierto momento, el cazador deja la escopeta en el suelo... se hinca de rodillas ante él... y junta las manos en señal de oración. Eso parece tener más sentido. Mi cuñado entiende que, aunque no sabe qué le pasa, le está suplicando que lo lleve al pueblo.

Le pide, por señas, subir al tractor... levanta los arados... y enfila el camino...

Poco después de entrar en la carretera y a la altura de la ermita, el francés comienza a gritar. Frena en seco... y se queda mirándolo.
Ahora sí, ya totalmente sereno, le dice “merçi beaucoup”, y se baja del tractor... Y es que a la puerta de la ermita tiene aparcado su automóvil.

Ermita de "La Magdalena", de Villanueva de Odra... Fotografía de Rafael Alonso Motta (enero de 2009)

Evidentemente, estaba perdido en medio de la intensa niebla... la cuestión era: ¿Dónde está la ermita?.

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